Hoy nos encontramos con una nueva movilización docente. Que pide por el empoderamiento de los mismos, por mejores condiciones de trabajo y por un reacomodamiento salarial que este a la par de las condiciones económicas que afronta el país. La verdad es que conmueve. Conmueve porque ya hace muchos años que no se atestiguaba una solidaridad entre docentes y estudiantes como la que estuvimos viendo. La visibilización del reclamo –luego de más de dos semanas sin poder llegar a un diario o a un canal de televisión- a través de tomas y clases públicas logró involucrar al conjunto de la sociedad.
Hoy vuelven a salir a la calle los docentes. Parece extraño que a pesar de la plena coincidencia de que el futuro de todos reside en la educación hay reticencias en casi todos los gobiernos (nacionales, provinciales, municipales, actuales y pasados) en apostar por el desarraigo de los docentes y estudiantes. Celebro el reclamo y espero que por el futuro de nuestro país encontremos una solución.
Ciertamente la respuesta a esta problemática no va a hallarse en una mesa paritaria cada 6 meses. No descreo del valor de este espacio pero precisamos una vía institucional para oír y hacer escuchar a todo el cuerpo docente. Precisamos más vías de comunicación, de dialogo, entre los trabajadores de la educación y los distintos gobiernos. Debemos conocer las realidades de cada unidad académica como si se tratase de nuestro hogar.
A penas hace unos días fue el día del maestro y como todos los años pasamos esa fecha sin pena ni gloria. En algunas semanas será el día del profesor y tampoco habrá mayor reconocimiento. No quiero decir que debemos celebrar estas fechas con grandes festejos ni mucho menos. Quiero decir que necesitamos tomar medidas concretas, que empoderen al sistema educativo de forma integral para que dejemos de aprender como hace 300 años y aprendamos como lo vamos a hacer por los próximos 50.
Debemos dar un debate completo del sistema educativo, para poder hacer que este a la altura de las circunstancias de esta sociedad del conocimiento que plantea mayor capacitación, al mismo tiempo que nos enfrenta con un entorno dinámico y cambiante. Es por eso que tenemos que buscar las herramientas para lograr un mayor empoderamiento de cada una de las instituciones.
Sin embargo, debemos tener cuidado con la fuerza de nuestras medidas. A veces la magnitud del conflicto no nos permite evaluar las distintas realidades que sobrellevan los alumnos de los distintos niveles académicos. El desarraigo de su hogar, los costos elevados del transporte y los materiales de estudio, el precio invisible que trae cualquier proyecto de educación superior son algunos de los ejemplos.
Estos debates no pueden estas basados en proyectos meramente marketineros, como el UNICABA, dando a entender que la solución a todos los problemas se resuelven con la creación de una burocracia adicional, debemos a estar dispuestos a debates participativos de toda la comunidad educativa en general para lograr construir los consensos que van a servir de base para las transformaciones futuras.
Por estos motivos una vez más estamos en la calle, apoyando a los docentes de nuestro sistema educativo en la construcción del conocimiento, en el empoderamiento de su labor y en la construcción de una Argentina del futuro.