El debate por el aborto legal, seguro y gratuito no se termina acá. Somos millones los que tenemos un compromiso efectivo con la equidad y la expansión de derechos. El resultado de hoy es simplemente un traspié en una carrera que tiene como meta conquistar el aborto como un derecho más.
Lo fundamental en este momento es no bajar los brazos. Podemos indignarnos con el resultado pero no podemos permitirnos enojarnos. Porque es en el enojo donde nos ganan. Cuando nos sacan de los argumentos basados en la razón, en el conocimiento empírico y en la ciencia. Mantener la calma es el mayor compromiso que podemos tener con nuestra causa.
Me da un orgullo inmenso haber visto como -conociendo de antemano el resultado- quienes exigían la aprobación de la ley nunca perdieron la alegría ni se mostraron insatisfechos por el escenario que se avecinaba.
Las compañeras de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito seguirá existiendo, miles de personas seguiremos usando el pañuelo verde y un día -antes de lo que esperamos- confió podremos contar con la posibilidad de ejercer nuestros derechos. Las mujeres dejaran de morir por abortos clandestinos, se dejará de lucrar con el perjuicio ajeno y seremos un poco más libres y otro poco más dueños de nuestras decisiones.
Lamento muchísimo que el voto de algunos senadores se haya visto atravesado por convicciones personales y religiosas. A priori, no tengo ningún problema con la confesionalidad de ninguno de ellos, sin embargo, quienes desempeñamos como funcionarios gubernamentales tenemos la obligación de velar por la salud pública. Confío en que este resultado nos pondrá más cerca del debate por la separación efectivo de la Iglesia del Estado y estas paradojas llegarán a su fin cuando Argentina sea un Estado Laico.
Los senadores que hoy votaron en contra del derecho al aborto legal tienen todos más de 50 años. Afirmar que el resultado no es un problema generacional es equivalente a no haberse interiorizado en el debate. Mi certeza de que tarde o temprano contaremos con este derecho se funda en este hecho. Es cuestión de tiempo de que nuevos líderes alcancen puestos de poder para que el aborto se constituya como una herramienta más en la planificación de un camino de vida.
La consolidación de los derechos es inevitable, puede ser demorada, pero no derrotada. Las mujeres argentinas son un ejemplo para el movimiento feminista de América Latina y los demás países. Por primera vez en mucho tiempo el mundo se volteo a mirarnos con orgullo y como un ejemplo a seguir.
Hoy no se termina, hoy continua el debate. La interrupción voluntaria del embarazo perdió en el Senado pero ganó en el corazón de los argentinos.
Como siempre vamos a seguir diciendo: “Educación Sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir.”