El 9 de julio, es el aniversario del Día de la Independencia de Argentina, una de las fiestas patrias más importantes del país. Se conmemora lo sucedido ese día de 1816, en la sesión del Congreso de Tucumán, cuando las Provincias Unidas del Río de la Plata proclamaron su Independencia política de la monarquía española y renunciaron a cualquier otra dominación extranjera.
La movida independentista se fue desarrollando luego de mayo de 1810, momento en que comenzaron las discusiones sobre cuándo y cómo se declararía la Independencia.
En 1812, se convocó a una Asamblea General Constituyente con el objetivo de declarar la Independencia y dictar una Constitución. Si bien no llegó a cumplir con estos objetivos, adoptó algunas medidas que reflejaron el espíritu independentista, como la adopción de algunos símbolos patrios, la prohibición del tráfico de esclavos y la libertad de vientres, entre otras.
Finalmente, en julio de 1816, Ignacio Álvarez Thomas en reemplazo de José Rondeau, Supremo Director de las Provincias Unidas del Río de la Plata, convocó a un Congreso General Constituyente en la ciudad de Tucumán.
Hasta ese momento, existían dos posiciones confrontadas: la de Mariano Moreno y sus compañeros, quienes plantearon, además de la Declaración de la Independencia, incorporar aspectos de una Revolución política junto con una serie de cambios económicos.
Y por otro lado, la posición de Cornelio Saavedra quien establecía un plan gradual de modificaciones, que no alteraban el orden social y económico de la colonia.
El primer debate del Congreso se centró en la forma de gobierno. La mayoría de los participantes estaban de acuerdo con establecer una monarquía constitucional, que era la forma más aceptada en Europa. En aquellos años una de las pocas repúblicas era los Estados Unidos de Norteamérica.
Según las crónicas de la época, el martes 9 de julio de 1816 estaba soleado y a eso de las dos de la tarde los diputados del congreso comenzaron a sesionar.
El diputado por Jujuy, Sánchez de Bustamante, pidió abordar el “proyecto de deliberación sobre la libertad e independencia del país”. Y el secretario Juan José Paso preguntó a sus colegas “si querían que las Provincias de la Unión fuesen una nación libre de los reyes de España y su metrópoli”. Todos los diputados aprobaron la propuesta de Paso.
En ese momento fue firmada el Acta de la Independencia. Luego, en la sesión del 19 de julio, uno de los diputados por Buenos Aires, Pedro Medrano, previniendo las gestiones secretas que involucraban a algunos congresales encaminadas a entregar las provincias, independientes de España, al dominio de Portugal o Inglaterra, señaló que “antes de pasar al Ejército el acta de independencia y la fórmula del juramento, se agregase, ‘de toda dominación extranjera’”, en el acta para sofocar el rumor que existía acerca de la posibilidad de entregar el país a los portugueses.
La declaración iba acompañada de un sugerente documento que decía “fin de la Revolución, principio del Orden”, en el que los congresales dejaban en claro que les preocupaba dar una imagen de moderación frente a los poderosos de Europa que, tras la derrota de Napoleón, no toleraban la compleja palabra Revolución.
Esta gesta histórica, que completó el proceso revolucionario iniciado en mayo de 1810, significó la ruptura definitiva de los vínculos de dependencia política con la corona española y, al mismo tiempo, la renuncia a toda dominación extranjera.
Han pasado 206 años, y eso nos obliga a volver, una vez más, sobre nuestros orígenes para indagar sobre aquello que nos constituye como pueblo, pero que también nos da la perspectiva necesaria para repensar la trayectoria recorrida desde aquel ya lejano, y trascendente, 9 de julio hasta el presente.
Un país sale adelante cuando sus habitantes trabajan con dignidad para lograrlo. Juntos debemos seguir sembrando en este suelo argentino semillas de justicia, fraternidad, unión, solidaridad, comprensión, diálogo y responsabilidad. Cada uno desde el lugar que le toque ocupar somos responsables y debemos comprometernos con este camino de formación para que tengamos el país que todos queremos y merecemos.