Con el verano, y la llegada de una ola de calor con picos históricos aparece un problema recurrente en la temporada: los cortes masivos de luz. Estos cortes no son una novedad y, lo más probable es que tampoco vayan a dejar de serlo. Sin embargo el último corte masivo requiere que le dediquemos unas líneas para poder pensarlo mejor y pensar perspectivas para nuestra matriz energética.
Antes de atacar este problema tenemos que reconocer la clara ausencia de un plan para mejorar la política energética de nuestro país. Argentina, que durante décadas supo ser autosuficiente en esta materia, en los últimos años ha debido importar energía para satisfacer la demanda. Esto, sumado a la falta de obras de actualización y de expansión de la red de suministro energético nos han dejado en una de las peores situaciones, sobre todo considerando las capacidades de producción con las que contamos.
El martes 11 de enero, con temperaturas superiores a los 40°C, un disparo en el consumo de electricidad y la evidente falta de inversiones e intervención en infraestructura por parte de las empresas prestadoras de energía, más de 700,000 vecinos y vecinas de distintos barrios de CABA tuvieron una interrupción del servicio
durante gran parte del día.
Las redes sociales fueron espacio y eco de los reclamos por la interrupción del servicio eléctrico, donde se evidenciaron cortes generalizados en Belgrano, Caballito, Almagro, Barracas, Palermo, Núñez, Villa Urquiza, Flores, Floresta, Coghlan, Saavedra, Parque Chas, Colegiales y Recoleta. A las personas que sufrieron este corte se le deben sumar los miles de usuarios que ya sufren cortes y no cuentan con respuestas de las empresas o el gobierno durante días.
Varios comercios debieron cerrar sus puertas mientras otros recurrieron al uso de generadores eléctricos para mantener la mercadería refrigerada y evitar pérdidas monetarias considerables. Además, se evidenciaron un gran número de semáforos apagados y demoras en los servicios de trenes subterráneos durante la media tarde.
En ENRE (Ente Nacional Regulador de Electricidad), regulador energético, mencionó una serie de desperfectos técnicos encadenados que “desengancharon” estaciones transformadoras y afectaron a máquinas en las generadoras de energía. El problema se habría originado en San Martín, en el oeste del Conurbano.
A las 13:28 horas, se sumó, según la versión del ente regulador, el desenganche de la Línea 48 de Alta Tensión, vincula las mismas Estaciones Transformadoras que la LAT46 manteniendo la subfrecuencia en el sistema y produciendo el desenganche de las máquinas de Central Puerto Número CEPUTG11/TV10 con 210/90 MW”.
La empresa Edenor, protagonista de la caída del servicio eléctrico aseguró que la normalización se realizaría de manera escalonada durante la jornada e hizo mención de que un incendio en una vivienda en San Martín, alrededor de las 13:00, provocó que saliera “de servicio una línea de alta tensión”.
Ese mismo día además, dejó de funcionar el sitio web del ENRE, el regulador del sector eléctrico, durante varios pasajes de las primeras horas de la tarde.
Lo que ocurre aquí es una desidia absoluta. Las personas que se vieron afectadas por el corte son personas que mes a mes pagan por el servicio. Un servicio que es deficiente y está muy por debajo de las expectativas de cualquier país en el año 2022. Algunos podrán afirmar que cómo las tarifas están subsidiadas el servicio puede permitirse ser deficiente. Todo lo contrario. Esto sólo evidencia el juego perverso de los que sostienen esta realidad. No sólo reconocen una gestión defectuosa a la hora de otorgar subsidios de manera sectorizada en los lugares que más lo necesitan, sino que entienden estos no como un derecho sino como una limosna.
La falta de acciones que el gobierno toma para poder mejorar la red energética son extraordinarias. No sólo que sería esperable que durante los meses de más calor el gobierno impulsase un plan de contingencia ante la mayor demanda de energía, sino que también sabíamos que iniciaría una semana históricamente calurosa ¿Que ha hecho el gobierno con toda esta información? Nada.
Lo más grave es la falta de noción de como el suministro eléctrico forma parte de nuestros días. La discusión no se limita únicamente a mantenerse fresco con el aire acondicionado a 18° ó 24°. Existen condiciones de salud que requieren que los pacientes cuenten con un suministro eléctrico constante, y las modalidades de trabajo híbridas y a distancia necesitan del suministro eléctrico para funcionar. Que hoy siga habiendo cortes de energía pone en riesgo el ejercicio de los derechos de todos.
Como si fuera poco, lo masivo del corte hizo que el problema se trasladará a otros sectores. Existen testimonios de que servicios de pagos electrónicos y telefonía móvil se vieron afectados tanto como por la falta de suministro eléctrico cómo por el exceso de demanda ante la emergencia. Resulta inimaginable pensar que sería de la Ciudad y el conurbano ante un desastre de mayor escala si esto sólo ocurrió por un desperfecto técnico.
El gobierno necesita tomar cartas en el asunto. O bien retirando la concesión, ó buscando la actualización de la red. Sea la medida que sea, algo debe hacerse, no podemos continuar con este atraso. El objetivo del gobierno tiene que ser la soberanía energética, no la desidia eléctrica.