Mañana en todo el mundo habrá una serie de concentraciones masivas para detener el cambio climático. Ante esta situación creo que es interesante pensar ¿Cuál es nuestro lugar en el planeta?
No siempre nos detenemos a pensar lo amplía y basta que es la historia de nuestro planeta. Desde su formación la tierra la lleva más de 4.600 millones de año de los cuales el hombre solo estuvo presente los últimos 300.00 años. Durante todo este tiempo el planeta se transformó, se adaptó y cambió.
Sin embargo, los ritmos del hombre y de la tierra son distintos. Nuestra pulsión creadora, ese espíritu que tenemos por innovar y transformar lo que nos rodea, se ha demostrado mucho más veloz que la capacidad de la tierra de adaptarse.
Hay dos momentos cruciales en nuestra historia reciente que se han vuelto parteaguas en nuestra relación con la naturaleza: la revolución industrial y la década de 1950. Estos dos momentos hicieron evidente el cambio extraordinario en la magnitud y la velocidad que nuestro impacto tiene en la tierra.
Estos cambios nos han brindado incontables comodidades y beneficios. Nos hemos encontrado como especie y hemos alcanzado fronteras inimaginables. De todas formas estos avances no han sido gratuitos. El impacto ambiental generado ha costado la desaparición de miles de especies, la aparición del cambio climático y kilómetros de bosques deforestados por nombrar solo algunos.
En este sentido Argentina no ha quedado exenta. La actividad económica de nuestro país al depender tanto de los recursos naturales ha generado un impacto grave en nuestro ecosistema.
La gestión de los residuos urbanos, la degradación de los suelos, la deforestación, la contaminación de la cuenca Matanza-Riachuelo, la minería de alta montaña y el descarte de la pesca en el Mar Argentino, son algunos de los temas más preocupantes en materia ambiental en la actualidad de nuestro país y arrojan datos cuantitativos y cualitativos que dejan en evidencia la necesidad de cambios y de acción inmediata de los distintos sectores de nuestra sociedad.
En la ciudad los problemas no son menos. Cada día se producen 18 mil toneladas de residuos de los cuales más del 80% no son reciclables y amenazan con agotar la capacidad del CEAMSE. La Cuenca Matanza-Riachuelo a lo largo de sus 64 Km. afecta la vida de 3.5 millones de personas con sus 90 mil m3 de desechos industriales.
Necesitamos alcanzar una forma de transformar el impacto que realizamos. No podemos continuar con una lógica extractivista. Si deseamos tomar medidas que protejan el medioambiente y nuestros derechos a disfrutarlo debemos tomar acción ya. Optar por métodos de producción sustentables es una necesidad con la que deben comprometerse los Estados del mundo. Debemos por optar por políticas de preservación y a la vez debemos dar un cambio cultural.
Lo que hagamos de ahora en adelante determinará en donde estaremos mañana y que clase de lugar queremos construir para vivir. Este viernes ante el Congreso de la Nación organizaciones que velan por el medioambiente se convocan en la Huelga Mundial por el Clima, instando al gobierno argentino y a gobiernos de todo el mundo a tomar acción.