Estamos en un momento particular de nuestra historia. La ciudadanía argentina se convocó el fin de semana que pasó (y lo hará de nuevo este fin de semana) frente a distintas pantallas para ser testigos de lo que son los primeros debates oficiales.
Los argentinos ya hemos tenido debates en el pasado pero estos siempre fueron una especie de “pacto entre caballeros” que dependían de la buena voluntad de los candidatos para reunirse y suponían más peligros que ventajas para cualquiera de ellos. Hoy los argentinos contamos con una ley que no solo regula estos intercambios, sino que además obliga a los candidatos a exponerse a la opinión pública, a presentar sus ideas y contrastarlas con la de otros. Este es un momento de altísima calidad democrática ¿Cuántos países del mundo tienen una instancia así donde los candidatos se encuentran y discuten?
Este ejercicio trae transparencia a la actividad democrática. Democracia no es solo acercarse a votar cada tantos meses. La democracia implica un compromiso ciudadano cuya última instancia es la emisión de un voto que exprese la opinión de cada uno. La mejor forma de construir está opinión es mediante el libre tráfico de información y el debate es una gran oportunidad para hacerlo.
El debate brinda la oportunidad a todos los candidatos de discutir en igualdad de condiciones. Sus campañas tienen distintos tamaños y recursos pero la pantalla por la que transmiten es una sola. No sólo estamos ante una mayor transparencia de la política. Estamos viendo una democratización de la campaña.
Este encuentro además sirve para desmitificar a los candidatos. Ellos no son distintos a nosotros y el debate es un momento donde lo atestiguamos. A pesar del entrenamiento y la preparación a la que pueden someterse los candidatos siempre existe una imprevisibilidad al encontrarse con otros candidatos que suma a la discusión política.
La democracia en última instancia compone un conjunto de derechos. El debate, su obligatoriedad y la transparencia que lo acompaña fortalecen la democracia y refuerzan los derechos sobre la que esta se sostiene.
Espero que en el futuro los debates adquieran nuevas dinámicas, puedan sumar preguntas de un público heterogéneo y no sólo existan para contrastar candidatos presidenciales. Los debates son clave también para dirimir internas dentro de los partidos y para conocer los candidatos. Espero lleguemos a ver debates entre candidatos a vice presidentes, diputados y senadores ¿y por qué no también a nivel municipal? Ojala podamos usar esta herramienta para contrastar candidatos a intendentes y concejales.
La información es poder. Y en estos tiempos donde nos vemos bombardeados por la información no quedan excusas para el libre tráfico de información electoral. El debate no genera ningún dato que no podamos conocer. Lo que hace es ordenar toda esa información y la presenta a la ciudadanía de manera cómoda, ordenada y sin excusas.
Este domingo tenemos una nueva cita con la democracia. Los candidatos van a volver a reunirse y abordaran nuevos temas frente a un público expectante. No nos perdamos este momento histórico