El lunes 9 de agosto el Grupo Intergubernamental de expertos sobre el cambio climático (IPCC) publicó la primera de las cuatro partes para su Sexto Informe de Evaluación, la cual está destinada a las bases físicas del cambio climático.
El IPCC es una organización intergubernamental de las Naciones Unidas cuyo objetivo es proporcionar a los gobiernos de todos los niveles información científica que puedan utilizar para desarrollar políticas climáticas. La institución está conformada por un panel de expertos de 195 países. El organismo representa uno de los más grandes ejemplos de cooperación internacional.
Los informes de evaluación del IPCC consisten en un análisis exhaustivo de la evidencia desarrollada por cientos y miles de investigadores en materia de todo el mundo en materia ambiental. para este reporte en particular se analizaron 14 mil publicaciones científicas. Dada la rigurosidad de la investigación y la diversidad de los autores las conclusiones de estos informes pueden sin duda considerarse objetivas y casi indudablemente ciertas.
El informe publicado fue producido por el primero de tres grupos de trabajo, el cual está dedicado específicamente a las bases físicas del cambio climático. Es decir, aborda la comprensión física más actualizada del ecosistema y del cambio climático.
Por otro lado, el informe del segundo grupo de trabajo tratará sobre la vulnerabilidad de los sistemas socioeconómicos y naturales al cambio climático, las consecuencias negativas y positivas del cambio climático y las opciones para adaptarse a él. Mientras que el del tercer grupo de trabajo se enfocará en la mitigación del cambio climático. Finalmente, un cuarto informe consistirá en una compilación de los resultados obtenidos.
Del informe no se desprenden grandes resultados que no se supiesen ya hace 20 años. La principal diferencia con los informes pasados yace en que se eligió comunicar los resultados de forma mucho más tajante, menos académica y dando a entender la urgencia de la crisis que afrontamos. Aquí hay algunos de los resultados más importantes:
· Es inequívoco que la influencia humana ha calentado la atmósfera, el océano y la tierra.
· La escala de los cambios recientes en el sistema climático no tiene precedentes durante muchos siglos a muchos miles de años.
· El cambio climático inducido por el hombre ya está afectando a muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos como olas de calor, fuertes precipitaciones, sequías y ciclones tropicales. Su atribución a la influencia humana se ha fortalecido desde el Quinto Informe de Evaluación.
· La temperatura de la superficie global seguirá aumentando hasta al menos mediados de siglo en todos los escenarios de emisiones considerados.
· El calentamiento global de 1,5 ° C y 2 ° C se superará durante el siglo XXI a menos que se produzcan reducciones profundas en las emisiones de gases de efecto invernadero.
· Muchos cambios debidos a las emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y futuras son irreversibles durante siglos o milenios.
· Se prevé que cada región experimente cada vez más cambios simultáneos y múltiples en los impulsores del impacto climático.
· No se pueden descartar resultados de baja probabilidad, como el colapso de la capa de hielo, cambios abruptos en la circulación del océano, algunos eventos extremos compuestos y un calentamiento sustancialmente mayor que el rango estimado de calentamiento futuro muy probable.
· Limitar el calentamiento global inducido por el hombre a un nivel específico requiere limitar las emisiones acumuladas de CO2, alcanzando al menos cero emisiones netas de CO2.
En vista de este informe es que recientemente desde el oficialismo se empezó a empujar la propuesta de canjear parte de la deuda con organismos de crédito internacional ( como el FMI o el club de París) por acciones climáticas como la inversión en energía renovable.
Uno de los principales fundamentos detrás de esto es que los recursos que nuestro país debe utilizar para cumplir con sus compromisos de pago no podrán destinarse a adaptar la matriz productiva a métodos sustentables.
Un segundo argumento subyacente es que la actual situación climática es responsabilidad de los países desarrollados ( en particular Europa y Estados Unidos) que lograron industrializarse a base de contaminar el planeta indiscriminadamente. En este lógica, estos tienen una deuda ecológica con el resto del mundo que por lo tanto nos deben a nosotros. Estos argumentos no son un invento criollo, países como Brasil y China suelen esgrimir para justificar sus métodos de producción antiecológicos.
Entonces nos vemos obligados a preguntarnos ¿Acaso podemos pagarle al FMI con energía eólica?
La respuesta es que muy probablemente no. Primero porque el FMI no es un organismo financiero internacional que otorgue préstamos para proyectos específicos ( como sí lo hace el BID). Al menos en los papeles el FMI no tiene porqué ayudar a combatir al cambio climático ni representa a las naciones desarrolladas que contaminaron y continúan contaminando.
Además las políticas ambientales de los últimos años fueron sumamente dudosas. Se redujo considerablemente la inversión para energías renovables, hubo incendios sin precedentes en la patagonia y en los humedales del Paraná. Además de que se están instalando megafactorias porcinas sin que se sepa públicamente cuáles son sus estándares ambientales.
Las políticas ambientales son una política de Estado que deben superar los vaivenes políticos y deben desarrollarse independientemente de lo que ocurra con la deuda externa. En este punto de inflexión para la humanidad la Argentina debe estar a la altura.