El 31 de octubre fue designado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el “Dia Mundial de las Ciudades”. Este día nos convoca a reflexionar sobre el rol fundamental de la urbanización en el desarrollo de los países, sus ciudades y de quienes las habitan bajo una perspectiva sostenible e integradora.
Si tomamos en cuenta que más de la mitad de la población vive en ciudades y adicionamos que para el 2050 esta cifra se duplicará, podemos comprender porque la urbanización planificada se convirtió en una herramienta transformadora en todo el mundo.
La pandemia que atraviesa el globo nos propone nuevos desafíos, pero también nuevas oportunidades: La vida de las ciudades se encuentra en un momento de adaptación a las exigencias sanitarias que este escenario demanda de forma transversal en aspectos como la movilidad, el contacto poblacional, la interacción ciudadana,infraestructura,etc. pero a su vez, nos permite valorar de forma única lo valioso que puede ser generar ciudades inteligentes en las cuales la gobernanza permita generar redes de transporte,seguridad,tecnología y sanidad que brinden celeridad y eficiencia a los estados para su intervención en instancias de incertidumbre y peligro. Es decir, hay una disrupción en el concepto de como usábamos la ciudad que nos permite solucionar viejas falencias, buscar nuevas opciones y modificar lo que resulte obsoleto en este nuevo contexto.
La incorporación de la tecnología como propulsor para la mejora de políticas públicas y la eficiencia de los servicios brindados nos acerca al objetivo de “Ciudades Inteligentes”. Estas ciudades logran un mejor aprovechamiento de los recursos, reducen su impacto ambiental, promueven el intercambio y la diversidad cultural y de género, y dan voz y participación a sus habitantes. Es decir que una ciudad inteligente es aquella que es creada y transformada por sus ciudadanos, y no al revés.
Hoy, más que nunca, toma relevancia el concepto de “Ciudades para las personas” en donde el eje principal sea la creación de bienestar humano teniendo en cuenta el desarrollo económico, político y social. Si además tomamos en cuenta que el cambio climático suma problemáticas nunca antes vistas, resulta evidente que el ordenamiento y la planificación territorial no pueden quedar de lado en la generación de políticas públicas y la toma de decisiones.
En este momento la Ciudad de Buenos Aires se encuentra debatiendo modificaciones al código de planeamiento urbano, elemento fundamental para la generación de una urbanización sostenible. Los códigos nos permiten establecer cuáles son las problemáticas de las ciudades y de qué forma abordarlas para generar mejor calidad de vida en sus habitantes. En el caso de nuestra ciudad, los debates sobre gestión de residuos, huella de carbono, eficiencia energética, movilidad, vivienda e infraestructura son algunos de los temas más relevantes que se encuentran en debate.
El ordenamiento es fundamental para convertir a la urbanización en un motor de desarrollo sostenible al modificar la forma en que las ciudades se financian, administran, diseñan y gobiernan para maximizar su capacidad de generar riqueza y bienestar. Nos permite también debatir y conquistar espacios ciudadanos: Los espacios públicos vuelven a ser el foco de actividad ciudadana en este contexto pandémico; a partir de estos espacios, donde la sociedad se hace visible, se puede relatar la historia de las urbes, la relación entre sus habitantes, su cultura y demás aristas.
Celebramos un nuevo Dia de las Ciudades, y nos sumamos en la tarea de continuar creando espacios de calidad y bienestar para todos los ciudadanos de nuestra hermosa Ciudad de Buenos Aires.