La OMS estableció desde 2003 el 10 de septiembre como el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”, con el objetivo de que las naciones del mundo implementen y promuevan acciones para su prevención; además de terminar con el estigma que sufren las personas con trastornos mentales o con comportamientos suicidas.
La conducta suicida ha ido incrementándose alrededor del mundo y es reconocida así por la OMS como un problema de salud pública. Incluso se ha señalado como una de las primeras causas de muerte en jóvenes, comprendiendo el grupo etario de entre 15 a 29 años. Otro dato a tener en cuenta es que más de 800.000 personas se suicidan cada año, lo que representa una muerte cada 40 segundos.
La prevención del suicidio no se ha abordado apropiadamente debido a la falta de sensibilización respecto del suicidio como problema de salud pública principal y al tabú existente en muchas sociedades para examinarlo abiertamente. En la actualidad, unos pocos países han incluido la prevención del suicidio entre sus prioridades sanitarias, y solo 38 países han notificado que cuentan con una estrategia nacional de prevención del suicidio.
El suicidio es un problema complejo y, consiguientemente, las actividades de prevención exigen la coordinación y colaboración de múltiples sectores de la sociedad, incluidos los de salud, educación, trabajo, agricultura, comercio, justicia, derecho, defensa, política y medios de comunicación. Esas actividades deben ser amplias e integradas, dado que ningún enfoque individual por separado puede tener efecto en una cuestión tan compleja como el suicidio.
Es importante aumentar la sensibilidad de la comunidad y superar el tabú para que los países avancen en la prevención del suicidio, pero sobre todo para poder ayudar de forma eficaz a las personas con más riesgo y darles todo el apoyo afectivo y profesional que necesitan.
Por lo tanto, podemos marcar la diferencia como miembros de la sociedad, como padres, como amigos, como niños, como colegas o como vecinos. Hay muchas cosas que se pueden hacer todos los días, y también en el Día Mundial de la Prevención del Suicidio a fin de advertir la conducta suicida.
Se debe trabajar en la concientización sobre dicho tema, en su formación sobre las causas del suicidio y sus señales de alerta. Mostrar compasión y cuidado a quienes se encuentran en peligro en nuestros grupos, cuestionando el estigma asociado con el suicidio, la conducta suicida y los problemas de salud mental.
Pero por sobre todo, frenar la actuación suicida y procurando esperanza y aliento en los momentos más difíciles de quienes más nos necesitan.