El 2020 ha sido, hasta ahora, un año sumamente conflictivo y de pocas expectativas para las clases medias del país. El aislamiento decretado desde el 20 de marzo ya lleva más de 100 días vigente y la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano han sido los más afectados. A diferencia de otros distritos donde ha habido ciertos atisbos de apertura y regreso a la cotidianeidad estas dos regiones del país han permanecido en una virtual clausura.
Esta situación sin duda trajo consecuencias para los porteños y bonaerenses. No sólo puede percibirse el malestar producido por el encierro y el distanciamiento de seres queridos también, quienes por nuestra labor debemos dejar nuestros hogares, damos cuenta de la gran cantidad de locales que han bajado sus persianas de forma definitiva. Cómo si no fuese suficiente cualquiera que haga una visita normal para obtener provisiones puede atestiguar como ha crecido la cantidad de personas en situación de calle.
Lejos de querer rechazar el aislamiento como una medida correcta quiero señalar los problemas que nos ha traído esta cuarentena tan extensa. Solo en la Ciudad contamos con más de 220.00 PyMEs que sin dudas han sufrido el impacto de una cuarentena que impide la circulación tanto de empleados como de compradores. A esto se suman gastos fijos que tienen aquellos que alquilan un espacio para sus actividades. Ni siquiera estamos hablando del salario de los empleados que, en el mejor de los casos en una inversión en la comunidad, sino que nos referimos a alquileres y gastos de servicios como la luz y el agua. Es más, en algunos casos hemos recibido denuncias donde propietarios de PyMEs cerradas por el aislamiento recibían boletas de servicios con valores iguales o mayores a los que registraban mientras tenían actividad.
De acuerdo con la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (FECOBA) un 20% de las PyMEs que cerraron sus puertas motivadas por el aislamiento no podrán volverlas a abrir[1]. Según estas estimaciones están en riesgo al menos 700.000 puestos de trabajo.
Es verdad que el teletrabajo ha aparecido como una alternativa más o menos efectiva ante el aislamiento, sin embargo, tan solo el 24% de las PyMEs de manufacturas pudieron implementar alguna medida paliativa. Las PyMEs de servicios están un poco mejor y se estima que el 55% pudo adoptar algún tipo de acción.
Si por casualidad quedase algún desvelado que quisiese negar las consecuencias económicas del aislamiento FECOBA afirma que tan solo el 12% de los comercios que han relevado escaparon de las consecuencias de la pandemia. En los peores casos algunas PyMEs registran pérdidas del 100% inclusive.
Nuevamente, la intención no es hacer una crítica sin sentido al aislamiento, sino tratar de pensar una alternativa más eficiente e inteligente a la política actual. Es clave saber cuáles son los comercios más afectados por el aislamiento y cuáles son los sectores que no han podido realizar modificaciones en sus tareas por la naturaleza de estos. Nuevamente FECOBA señala que los sectores más golpeados son relojería, joyería y bijouterie, indumentaria y mueblerías, decoración y artículos para el hogar con pérdidas que rondan el 75%.
Con cada ciclo de reapertura se evidencia más el retroceso que sufren algunos rubros. Todos los comercios bajan sus persianas, pero solo algunos vuelven a abrirlas. Nuevamente FECOBA reconoce que entre un 25% y un 30% de comercios de indumentaria y calzado no regresaron a las actividades cuando pudieron hacerlo[2].
Es importante echar agua sobre el asunto y poner de manifiesto el enorme problema económico y social que tenemos entre las manos. La reconversión de estas actividades, la contención de las personas y la aparición de estrategias para lidiar con la descomposición del tejido productivo son claves para paliar una crisis que ya se resiente.
Una política inteligente es necesaria. Es fundamental poder sostener una cuarentena que nos proteja del esparcimiento del covid-19, pero también es clave pensar una estrategia para garantizar el empleo y la existencia de una de las áreas de producción más importante de nuestro país.
[1]“Las Pymes avisan: Un 20% piensa en cerrar y se perderían 700.000 empleos” Disponible en https://fecoba.org.ar/las-pymes-avisan-un-20-piensa-en-cerrar-y-se-perderian-700-000-empleos/. Recuperado el 22 de julio.
[2]“El 69% de los locales barriales de indumentaria y el 74% de calzado reabrieron después de 80 días.” Disponible en: https://fecoba.org.ar/el-69-de-los-locales-barriales-de-indumentaria-y-el-74-de-calzado-reabrieron-despues-de-80-dias/. Recuperado el 22 de julio