¿Quién hubiera dicho que más de 200 años después seguiríamos acá? Sin dudas nuestros padres fundadores dieron grandes batallas, y a lo largo de la historia, la verdad que los argentinos hemos demostrado tener un poder de adaptación y de resiliencia pocas veces visto.
Sobrepasamos guerras civiles, golpes de Estado, crisis económicas y las más cruentas de las dictaduras. Al mismo tiempo, también supimos construir consensos sociales fuerte en pos de la república y los derechos individuales. Sin dudas, creo que nadie hubiera dicho que un virus nos pondría en jaque de la manera que hoy lo hace.
Cuando la Revolución de mayo de 1810 ocurrió era muy claro cuáles eran los derechos a construir y defender. Soberanía, autodeterminación, libertad y justicia. Estos valores vuelven a ganar centralidad durante la pandemia. Pocos hubieran imaginado que nuestra soberanía tomaría la forma de institutos científicos líderes en el mundo. O que nuestra libertad se vería limitada a la intimidad de nuestros hogares.
Argentina ha cambiado radicalmente en estos 210 años, pero esos valores fundamentales siguen intactos, es por ese motivo que los cambios en las relaciones, en el control, en la capacidad de asociación y en general en todos los cambios culturales que posibilitan las nuevas tecnologías deben ser utilizados para profundizar y mejorar esos derechos que supimos conseguir.
Hoy atravesamos como sociedad, una vez más, una crisis. No hay motivos para creer que no la superaremos, pero para lograrlo debemos tener en claro nuestro pasado y el futuro que queremos construir. Las decisiones que se tomen en el marco de la pandemia, no pueden volverse una nueva realidad permanente. Puede ser que estos momentos sean de necesidad y urgencia, pero como también lo demostró nuestra historia, las grandes bases fundantes necesitan de cabildos abiertos, de grandes acuerdos sociales.
Superar los dos siglos sin dudas es algo que debemos festejar, pero sin olvidar que seguimos siendo jóvenes en los tiempos de los acuerdos y de la vida como nación, y mucho más dentro de nuestra adolescente vida democrática. Por más que los tiempos en la modernidad se aceleran -haciendo que parezca que los atajos de las medidas ejecutivas son efectivas- debemos tener presente a los padres de la patria que supieron pensar en los siglos por adelante, y no simplemente en dificultades coyunturales.
Cuando todo esto termine necesitamos haber crecido como colectivo. Contar con más derechos, estar listos para nuevas discusiones y afirmarnos como la nación que en las peores circunstancias ha salido victoriosa. No podemos dejar que este pequeño momento de nuestra historia ensucie 200 años de construcción política, de democracia y de república. Apostemos juntos a una evolución verdadera nuestros derechos.
Nadie esperaba pasar el 25 de mayo aislado en su domicilio. Sin embargo, creo que esta fecha y este contexto nos sirve para pensar, sobre todo, una de esas ideas que inspiraron a los padres de la patria: la unión. Hoy la revolución de mayo nos encuentra aislado, pero fundamentalmente unidos como argentinos. No dejemos que esta situación nos gane la pulseada. Vamos a salir adelante y vamos a hacerlo como siempre lo hemos hecho, juntos.