La discusión sobre la legalización de la marihuana es un debate que todavía nos debemos como sociedad y que está tomando cada vez más fuerza en el espacio público. Con el fin de foguear esta discusión quiero aprovechar este espacio para discutir sobre uno de los puntos más importantes en la actualidad: su uso medicinal.
De base, existe un grado de desconocimiento muy elevado sobre la temática. Aunque en parte esto se debe a que hace falta profundizar la investigación, en mayor medida esto tiene su causa en un nivel muy bajo de concientización por parte del público en general. Por este y otros motivos es que considero que poner el debate en agenda es una cuestión de política público en sí misma.
La legislación vigente generó nuevos problemas sobre el uso del cannabis. La ley nacional solo habilita a la importación de una sola marca de aceite para tratar los síntomas de la epilepsia refractaria. El Estado tomo una posición sobre el tema que aunque positiva incompleta. De esta situación ha surgido una gran cantidad de usuarios del aceite de cannabis que fruto de la desinformación se encuentran violando la ley.
Cómo si esto no fuera poco la Ciudad de Buenos Aires no suscribió a la reglamentación nacional. Sin embargo, esto supone una oportunidad interesante ya que nos permite pensar un proyecto que suscriba y profundice las políticas vigentes ¿Qué queremos decir con profundizar? Fundamentalmente hablamos de habilitar la producción local de aceite de cannabis y reglamentar su uso para más patologías. Esto no solo el abaratamiento de los tratamientos, también permitiría al Estado tener un mayor control sobre lo producido. A partir de la experiencia de algunos usuarios de aceite de cannabis denuncian que se ha hecho cada vez más usual que los productos que ellos compran llegan adulterados y rebajados con sustancias que no tienen ningún impacto positivo en su tratamiento.
Es fundamental poder tener una política pública que refleje las necesidades de la sociedad, que proteja su derecho y que no permita abusos. Hoy los usuarios de esos aceites son el eslabón más débil de la cadena y necesitan tener la seguridad de que sus derechos están protegidos.
Con este motivo es que mañana nos juntamos a juntar firmas por la ampliación de patologías en la ley de Cannabis Medicinal. Sin embargo este aceite también ha demostrado tener efectos analgésicos muy importantes en pacientes con muchas otras enfermedades, como el cáncer y el Parkinson. Es importante entender que la composición de este aceite no suele incluir THC, el químico del cannabis asociado a los famosos efectos psicoactivos.
No dejemos que nuestros prejuicios nos impidan utilizar todas las herramientas disponibles para mejorar nuestro sistema de salud. Y menos todavía cuando esto significa criminalizar enfermos.