Como varón nunca voy a poder entender lo mismo que sienten las millones de mujeres que hoy se interpelan con el feminismo. No voy a poder entender de forma completa el miedo o el enojo que genera el acoso sistemático. Nunca podré sentir la misma frustración de haber nacido con un sexo que me obliga a ciertas tareas y cierne un techo sobre mis expectativas. Sin embargo hay que ser muy obstinado para no percibir de que las mujeres hoy levantan la cabeza y se enfrentan a un sistema que tiene más de dos mil años. Y, cuidado, porque esta obstinación es culpa de que la mayoría hemos sido criados en un mundo patriarcal.
Estamos afrontando un proceso de desconstrucción como sociedad. Cada día descubrimos actitudes que tuvimos en nuestro pasado que hoy son cuestionables y hay un esfuerzo consiente y muy concreto por revertir ese tipo de prácticas. De adoptar nuevas actitudes a viejos problemas para encontrar soluciones que sean más justas y equitativas.
El martes a la noche el colectivo de Actrices Argentinas denunció a Juan Darthes por haber acosado y abusado a distintas compañeras de trabajo, inclusive menores de edad. El avance que supone este tipo de acciones es enorme. Significa levantar el velo y poder observar la realidad en su forma más cruda.
Creo que en distintas épocas hay distintos estratos de la sociedad que tienen un rol fundamental en el desarrollo de los eventos. De la misma forma que en el 70 el principal actor en el mundo fueron los jóvenes hoy creo que en este momento que vivimos el principal motor de cambio social son y serán las mujeres. Esto es así porque han tomado la decisión de saltar al espacio público y terminar con los prejuicios y las imposiciones que se cernían sobre ellas. Han reclamado el fin de la discriminación insensata y han puesto un alto a las injusticias que se cometían contra ellas. La próxima etapa será una transformación de nuestras relaciones, de cómo las personas nos entendemos e interactuamos. Se vienen cambios que resultarán en un espacio público más democrático, más participativo y con más voces. Se nos viene un mundo con más derechos, no solo para las mujeres, para todos.
¿Cuál es el rol que nos toca a los varones? Acompañar y aprender. Nos es un momento de protagonistas masculinos, y mucho menos, de personalismos. Si hay algo que destaco del feminismo en Argentina es que se ha construido a partir de un esfuerzo concreto e incansable de mujeres sin mayores ambiciones que la conquista de los derechos más fundamentales, de poder tener la tranquilidad de llevar sus vidas en paz y sin limitaciones absurdas. Hoy no hay ningún partido que sea dueño del feminismo y es de las cosas más maravillosas que tiene. El feminismo nos ha interpelado a todos de forma personal y nos hemos ubicado, a pesar de las diferencias o similitudes partidarias, en función de él. El feminismo se construyó como una nueva perspectiva para afrontar problemas y como tal ha construido puentes transgeneracionales y transpartidarios.
Quiero cerrar con esta breve idea. Mirá cómo se ponen, que hartas que están, que decidieron cambiar la historia.