Somos testigos de uno de los eventos más trascendentales para la historia de Argentina en este milenio. Un evento que no solo es trascendental para nosotros como país, sino que también para el conjunto del mundo. Mañana en nuestra ciudad se reunirán los líderes de algunos de los 20 países más influyentes del mundo ¿Cuáles son los cambios que podemos esperar de esta reunión? No solo no lo sabemos, sino que probablemente no los podamos apreciar hasta mucho después de terminada la cumbre.
Ciertamente es motivo de orgullo que Argentina presida un espacio como el G-20 y que Buenos Aires sea la sede de su próximo encuentro. Habla de que Argentina se encuentra en una posición de relevancia para la política internacional y que ha logrado ser parte de una comunidad internacional, en cierta medida, sin renunciar a su soberanía ni autonomía. Indudablemente existe cierto reconocimiento de la Argentina como un lugar propenso al cambio, al progreso y a una mejora relativa en tanto su apertura a un mundo cada vez más conectado.
Es de una gran relevancia la posibilidad que tiene la presidencia del mismo en marcar algunos puntos de la agenda que permita el trabajo global. En ese sentido, es indudable del rol que debemos jugar para poder instalar el debate sobre las cuestiones medioambientales y de migración que tanto afectan al planeta para poder defender los derechos de todos de forma mancomunada. Y no debemos olvidar el impacto de la cuarta ola del feminismo, Argentina debe seguir siendo un faro para la región y el mundo en los temas de ampliación de derechos y poder seguir mostrando el rol fundamental que tienen las mujeres en esto, para consolidar una búsqueda de la igualdad a escala planetaria.
Argentina, como una nación multicultural y étnica puede asentar un fuerte precedente en políticas migratorias a partir de este encuentro. Es importante apuntar a formas de combatir la xenofobia, en especial sus formas más radicalizadas y cada vez más violentas. Tenemos muchísimas experiencias que aportar desde nuestra experiencia y la Cumbre del G-20 es el lugar correcto para hacerlo.
Sin embargo, no podemos dejar de lado el problema a priori que implica el G-20. Ser protagonistas de este paradigma tiene implica ciertas responsabilidades y es fundamental que Argentina -y su clase política- sepan estar a la altura de las circunstancias.
Algo que Argentina no tiene que perder de vista es la necesidad de mantener una posición de autonomía. Tenemos una responsabilidad y debemos poder estar a la altura de esta. Debemos poder abordar compromisos con las otras naciones del mundo que nos vuelvan un Estado más abierto al mundo, pero sin perder poder ni autonomía. Quizás este sea el avatar más difícil de superar: tender a una mayor integración al mundo, sin perder nuestra identidad.
La mayoría de nosotros viviremos el G-20, quizás no desde la coyuntura política, sino desde el impacto en nuestra cotidianidad. Un evento de esta envergadura requiere un operativo de seguridad gigantesco que virtualmente detendrá la actividad en los puntos más estratégicos de nuestra ciudad.
Es importante que nos atengamos a las indicaciones de seguridad que brinda el gobierno y seamos cautelosos ante cualquier situación extraña o particular durante los próximos días. La Ciudad de Buenos Aires estará en los ojos de todo el mundo durante tres días y no debería sorprendernos que haya interesados en aprovechar esa atención.
Debemos estar atentos al terrorismo. No podemos olvidar que Argentina fue víctima de uno de alguno de los atentados más importantes en nuestra región, como lo fueron los ataques a la Embajada de Israel y la AMIA. Y aunque no siempre tomemos conciencia de esto, la frontera con Paraguay y Brasil es identificada como una “zona caliente” ligada a la financiación de actividad terrorista. Siendo Buenos Aires la “protagonista del mundo” durante los próximos días es probable que haya intentos de violar la seguridad con el objetivo de generar terror en la población. De ser así, y sinceramente es lo último que deseo, debemos mantener la calma y comprender que no podemos ser presos de estas organizaciones que solo buscan generar daño.