Niños y adolescentes se ven expuestos a problematicas que, a veces, como adultos no podemos o nos queremos ver. Son infinitos estos problemas, pero la que más me llama la atención es el bullying. Me preocupa el bullying porque muchas veces es pormenorizado. Padres y maestros asumen que son cosas propias del crecimiento, cosas que son normales y hasta en cierto punto, que es correcto que ocurran. Todo lo contrario.
En nuestra experiencia como parte de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires nos hemos puesto en contacto con la Comunidad Anti-bullying Argentina. Esta organización de la Sociedad Civil realiza un enorme trabajo para generar conciencia pública acerca del problema que el bullying supone para la juventud. Ellos dan cuenta de casos de violencia extrema, daño físico y hasta suicidios inducidos por la influencia de este problema.
Tenemos que entender al bullying como el acoso constante y sistemático que recibe una persona. El bullying tiene un desarrollo muy importante en el ámbito educativo y se distingue de otras formas de abuso físico y mental porque no puede evadirse. Un chico no puede dejar de asistir a un centro de formación de la misma forma que puede dejar de ir a un club o dejar de frecuentar ciertos espacios sociales. Aunque existen casos donde es posible separar al afectado de los acosadores ese no es el común denominador. Incluso, su variante virtual, vuelve más terrible esta situación. La víctima es acosada dentro de la escuela y colegio y el acoso continua una vez que llega a su hogar. Por este motivo es que debemos entender al bullying, no como un problema circunscripto a un espacio, sino como un problema donde toda la comunidad educativa tiene parte: docentes, alumnos y familias.
Creo que lo fundamental para abordar este problema es la prevención. Es crucial generar espacios de diálogo donde la comunidad educativa pueda abordar estas situaciones, aprender a reconocerlas, a denunciarlas y a solucionarlas. No desestimar ni descreer de los alumnos en estas situaciones y mantener un compromiso constante con la salud física y mental de estos.
Es en este contexto es que surge Cultura Contra El Bullying. Este proyecto impulsado por diversas organizaciones entre las que se encuentran Comunidad Anti-bullying Argentina, el Centro Cultural “Ernesto Sábato” de la Facultad de Cs. Económicas de la UBA, PINTA Argentina, la Organización de Estados Iberoamericanos y la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. Cultura Contra el Bullying busca trabajar sobre la prevención del bullying mediante inciativas artísticas que permitan a las comunidaes, y sobre todo, a los estudiantes discutir este problema. Murales y puestas en escena son algunas de las actividades que realizamos como parte de esta campaña.
Creo que es posible pensar un futuro no muy lejano donde los chicos no tengan que sufrir más bullying. Pero eso solo depende de que tan en serio nos tomemos este compromiso de operar sobre la prevención del mismo. No podemos permitir que más jóvenes sigan sufriendo las consecuencias de estas prácticas. Año a año crecen las tasas de suicidios en menores de edad y el bullying se encuentra entre uno de sus causantes. Eliminar tabúes es el primer paso para esto. Hacer del aula un espacio de debate que integre a alumnos y maestro y que además tenga una fuerte conexión con los hogares es clave. Entendiendo el rol fundamental que cumplen las instituciones educativas así como una gran carga de responsabilidad. Solo así podemos para con el bullying.