Costo pero llegó. El fin de tanta locura tuvo su fecha. La sociedad argentina se redimió y dio un paso crucial en el avance hacia nuevos derechos. Con la media sanción que obtuvo hoy la ley por la legalización del aborto Argentina se encamina a crear un precedente para nuestra historia.
Creo efectivamente que de lo que hoy fuimos testigos da cuenta de un avance, lento pero seguro, a una sociedad más equitativa, más emancipada y dueña de su destino.
El debate por el aborto se ubica al nivel del debate por la laicidad de la educación, el matrimonio civil, el divorcio vinculante, la gratuidad universitaria, la patria potestad compartida, el matrimonio igualitario y la ley de identidad de género. Aunque estas leyes aparecen sueltas y parecen no tener un hilo común (ni siquiera son obra de un único gobierno o del mismo partido) constituyen un abanico de nuevos derechos que el pueblo argentino supo conquistar para sí y para todos los que habitan nuestra nación. Hoy como sociedad, como individuos, entramos a la historia. Cuando el tiempo pase y nos encontremos añosos y gastados podremos mirar a los más jóvenes y decirles con orgullo que transformamos el mundo en el que vivíamos, que lo hicimos de forma pacífica y que nos regalamos como sociedad una libertad más. Más importante, podremos decirles que hemos dado un ejemplo y ahora es responsabilidad de ellos continuar con la marcha hacia la consecución de más derechos.
Aunque el día es para celebrar no significa que debamos bajar la guardia. De aquí al debate en el Senado quedan muchas semanas donde las posturas de los que se oponen a este proyecto se radicalizaran, nos amedrentarán y pueden hasta violentarnos. A sus acciones desmedidas nosotros debemos responder con la misma mesura con la que hemos articulado este reclamo. No podemos caer en excesos ni mostrar la debilidad propia de los mismos porque ahí será donde perderemos. Como hemos hecho siempre nuestra respuesta deberá ser integral y plagada de argumentos.
En un momento de la historia de nuestro país donde los argentinos nos hemos encontrado tan separados por una grieta fogoneada por gobierno y oposición al mismo tiempo, me llena de felicidad que se de este debate que nos atraviesa transversalmente y nos encuentra unidos -indistintamente de la filiación partidaria- como argentinos a favor de la salud y los derechos sociales.
Hoy hago un nudo en mi pañuelo -verde, por supuesto- y procuro no olvidar este día. Sigamos avanzando y elevemos ese rezo laico que nos unió en la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.