Hoy conmemoramos el día en que la homosexualidad fue retirada del listado de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud. Esta acción representa muchísimo para las personas de la comunidad LGBTIQ+. Que su identidad sexual sea respetada y no sea considerada un problema por una de las mayores instituciones del mundo es una conquista no solo para los miembros de la comunidad sino para todas las personas.
Aunque los avances legislativos cada vez son más, todavía queda mucho camino por andar. Un cambio cultural sigue siendo necesario. Todavía sobreviven prejuicios horribles sobre los miembros de esta comunidad y sobre lo que algunos interpretan como“normal”. Poder transformarlos, subvertirlos, es el debate que nos debemos como sociedad.
La brecha para la comunidad trans sigue siendo enorme. Los miembros de este colectivo siguen siendo marginalizados y criminalizados. Distintas instituciones aprovechan su especial vulnerabilidad, mientras que siguen siendo expulsados de los distintos espacios de sociabilidad y servicios públicos.
Como ya dije, el camino que queda por andar, todavía es bastante. Pero afortunadamente ya estamos más que encaminados. Por ejemplo, el año pasado en esta fecha presentábamos un proyecto para que todos los 17 de mayo se ice la bandera del Orgullo LGBT en todos los edificios públicos de la ciudad, incluyendo escuelas, colegios y universidades. El motivo de esta acción es mostrar a la Ciudad de Buenos Aires como un lugar seguro para esta comunidad, a la vez que se genera el debate público hacia una mayor apertura y respeto de toda la sociedad.
El siguiente paso que tenemos que dar es deconstruirnos. Abandonar los prejuicios que nos fueron impuestos y abrazar una nueva solidaridad. Volver a encontrarnos a nosotros mismos en el espacio público entendiendonos y respetandonos los unos a los otros.
Buenos Aires es una ciudad -y una sociedad- que por suerte es tradicionalmente abierta. Tenemos una responsabilidad como porteños de acompañar estos derechos y garantizar su cumplimiento. Nadie puede obligarte a ser de una forma o de otra. Nadie puede discriminarte por como sos. Nadie puede prohibirte querer.