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Juventud Divino Tesoro

Desde el año pasado que la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires estamos organizando unos de los proyectos más lindos que pueden encarar la sociedad civil y el Estado. Se trata de un proyecto truncado por distintos gobiernos, recuperado por esta agencia de control y de a poco, puesto en marcha por las organizaciones juveniles. Estoy hablando del Consejo de la Juventud.

 

El Consejo de la Juventud de la Ciudad de Buenos Aires aparece por primera vez en la Constitución de la Ciudad, aprobada en 1996. El artículo 40° enuncia que la Ciudad “promueve la creación y facilita el funcionamiento del Consejo de la Juventud”. En el año 2005 se aprobó la ley que reglamenta la creación de este Consejo (ley N°1865), sin embargo en más de 10 años el gobierno nunca convocó a la conformación del Consejo de la Juventud.

 

Ante esta situación de abandono por parte del gobierno es que desde mi lugar como Defensor del Pueblo Adjunto de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires me encomendé a la tarea de convocar a la primer reunión del Consejo de Juventudes en el año 2017. ¿Por que embarcarnos en esta tarea? La respuesta es sencilla. La juventud se constituye como un actor clave de nuestra sociedad. Como conjunto ha estado presente en momentos históricos de nuestra nación. Desde su entrada a la escena pública en 1918 con la Reforma Universitaria; pasando por el cordobazo y la primavera alfonsinista; y en las transformaciones sociales que se llevan a cabo desde hace 20 años. Sin embargo, nos encontramos que las “irrupciones” de la juventud, ocurren así: de forma abrupta. Creo que esto se debe a que la juventud carece de espacios orgánicos donde tratar sus problemáticas, donde elevar sus reclamos. Recluida y rechazada, producto de su aparente “falta de experiencia”, la juventud crece como un globo hasta que revienta generando cambios estructurales en nuestra sociedad.

 

Poder pensar una juventud activa, comprometida y transformadora es crucial. Necesitamos más espacios para que los jóvenes tomen el futuro en sus manos y encabecen proyectos propios. Nuevas perspectivas a futuro deben ser trazadas por ellos. Poder brindarles estos espacios de acción es poder garantizar el derecho a la plena participación y a la representación. Fomentar la legitimidad y aumentar la transparencia son algunos de los cambios que pueden vislumbrarse a partir de la inclusión de más jóvenes.

 

Hemos realizado dos convocatorias al Consejo de Juventudes y ambas han sido excelentes. Jóvenes de distintas organizaciones, con realidades dísimiles encontraron un lugar desde donde pensar soluciones nuevas a problemas de larga data. El Consejo de Juventudes debe ser una cantera de ideas novedosas un espacio para el empoderamiento joven y la transformación social.

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